Tras el doble enfrentamiento contra los Denver Nuggets, los Dallas Mavericks han llegado ya al ecuador de su temporada regular. Así es, ya estamos en la mitad de la temporada, quién iba a decirlo. Los primeros 41 partidos han estado marcados por un inicio esperanzador pero ante rivales menores y con una dura competencia en el Oeste, así como por el bombazo del traspaso de Rajon Rondo justo antes de las Navidades. ¿Qué hemos visto de estos Dallas Mavericks en la primera mitad y qué veremos en la segunda?
Inicio esperanzador en el Salvaje Oeste...
Ya desde pretemporada los nuevos Dallas Mavericks para la temporada 2014/15 empezaban a dar buenas sensaciones. Los Mavs ganaron los 4 partidos amistosos en los que participaron todos sus titulares, y cuando empezó la competición oficial firmaron el mejor comienzo en la era Rick Carlisle en Dallas, pues el 28-13 tras 41 partidos es la mejor marca de la franquicia de la temporada 2006-07, aquella que terminaron con 67 victorias, Dirk Nowitzki como MVP y una humillante eliminación en primera ronda ante los Golden State Warriors.
En esta primera mitad ha habido victorias de todos los tipos. Palizas a equipos como Minnesota, Philadelphia o Charlotte, tras doble prórroga como en Chicago, remontando o dejándose remontar para después rematar como el primer enfrentamiento contra Boston. Las cuatro prórrogas que han disputado los de Rick Carlisle se cuentan por victorias, y también cuentan con uno de los mejores balances en finales igualados de la liga, en gran parte gracias a la aparición de la versión clutch de Monta Ellis.
Desde el principio queda claro que el movimiento de balón y el acierto exterior son las dos claves que hacen funcionar el ataque de Dallas. El récord cuando suman al menos 24 asistencias es de 17-3, mientras que en aquellos partidos en los que meten 10 o más triples es 15-3. También en el control de balón en forma de pérdidas, ya que los Mavs son los segundos de la liga que menos pérdidas cometen, en partidos en los que han regalado menos de 12 balones el balance es 15-5. Por ser más claros, cuando Dallas tiene menos pérdidas que su rival, su récord es 25-7.
Y, como curiosidad, no han perdido ningún partido en el que hayan entrado al último cuarto por delante (21-0).
En esta primera mitad ha habido victorias de todos los tipos. Palizas a equipos como Minnesota, Philadelphia o Charlotte, tras doble prórroga como en Chicago, remontando o dejándose remontar para después rematar como el primer enfrentamiento contra Boston. Las cuatro prórrogas que han disputado los de Rick Carlisle se cuentan por victorias, y también cuentan con uno de los mejores balances en finales igualados de la liga, en gran parte gracias a la aparición de la versión clutch de Monta Ellis.
Desde el principio queda claro que el movimiento de balón y el acierto exterior son las dos claves que hacen funcionar el ataque de Dallas. El récord cuando suman al menos 24 asistencias es de 17-3, mientras que en aquellos partidos en los que meten 10 o más triples es 15-3. También en el control de balón en forma de pérdidas, ya que los Mavs son los segundos de la liga que menos pérdidas cometen, en partidos en los que han regalado menos de 12 balones el balance es 15-5. Por ser más claros, cuando Dallas tiene menos pérdidas que su rival, su récord es 25-7.
Y, como curiosidad, no han perdido ningún partido en el que hayan entrado al último cuarto por delante (21-0).
...pero sin estar a la altura de los equipos importantes
...O al menos de los equipos importantes de la Conferencia Oeste. Sí que es cierto que contra rivales de la otra conferencia sí que han logrado buenos resultados, ganando a algunos de los gallitos del Este como por ejemplo en Toronto, en Chicago y en Washington. Sin embargo la única victoria contra los ocho primeros del Oeste llegó contra unos San Antonio Spurs que jugaron con un quinteto lleno de suplentes. Únicamente podríamos añadir como meritorias las dos victorias contra los New Orleans Pelicans y la lograda contra los Oklahoma City Thunder, pero estos estaban sin Kevin Durant.
Esto quiere decir mucho y no quiere decir nada al mismo tiempo. Es importante que Dallas empiece a ganar a los rivales de "su liga", tanto para coger confianza como para intentar romper algún posible desempate, y para demostrar que están a su altura.
Sin embargo, también es cierto que aún restan otros 41 partidos en los que habrá tiempo para ganar y perder contra estos equipos, y lo importante en realidad es llegar en la mejor forma posible a abril, porque en el oeste no hay un cruce de primera ronda fácil. Cabe recordar que los Dallas Mavericks del 2011 llegaron a Playoffs con un récord 2-15 después del All-Star contra los equipos que entraron en postemporada en el Oeste. Y poco importó.
El efecto Rajon Rondo
Mediado el mes de diciembre, y en una operación que se cocinó en apenas un par de días, los Dallas Mavericks se hicieron con Rajon Rondo y Dwight Powell a cambio de Brandan Wright, Jae Crowder, Jameer Nelson y una primera ronda. A pesar del buen inicio, los Mavs no quisieron desaprovechar la oportunidad de mejorar en una posición en la que estaban necesitados como es la del base titular.
Hasta ese momento los Dallas Mavericks eran el mejor ataque de la liga con 113.6 puntos por cada 100 posesiones. Pero también eran una de las peores defensas, en concreto la 20ª, recibiendo 105,1 puntos por cada 100 posesiones, muy lejos de los registros necesarios para ser un aspirante real al anillo.
A pesar de adquirir a un base conocido por su capacidad distribuidora en ataque, la realidad es que los Mavs renunciaban a parte de ese potencial ofensivo, al menos momentáneamente, con la intención de ganar en defensa, y así ha sido. Desde su llegada, el ataque ha caído a 105,1 puntos por cada 100 posesiones, lo cual, sin embargo, aún les permite estar entre los 10 mejores ataques en ese periodo de tiempo, en concreto el 9º. Pero al mismo tiempo la defensa ha mejorado hasta los 100,7 puntos recibidos por cada 100 posesiones, también en el 9º puesto en este tiempo.
En resumen. La muestra aún no es demasiado amplia (14 partidos), pero desde que Rajon Rondo llegó los Dallas Mavericks han tenido uno de los 10 mejores ataques y una de las 10 mejores defensas de la liga, precisamente el objetivo del traspaso. Esos números mejorarán y empeorarán de aquí al final, pero demuestran el potencial del movimiento, como lo hace el hecho de que con Rondo en pista los Mavs solo encajen 95,2 puntos por cada 100 posesiones, la mejor marca entre los bases titulares de la liga en caso de mantenerse.
También existía el temor de que la aparición de Rondo frenase el ritmo de Monta Ellis. En un principio se vio que no era así, y aunque Ellis ha bajado su nivel en los últimos encuentros, parece una cuestión más relacionada con el cansancio y algunos problemas físicos que con una reducción de su rol. Quien más lo sufrió posiblemente fuese Parsons, pero también está empezando a recuperar protagonismo.
Desde el primer momento Rick Carlisle ha animado a Rondo a lanzar sin miedo cuando le dejen abierto, pero de momento no está teniendo buenos resultados. Su porcentaje de lanzamiento desde que llegó está en el 40,7%, y el de triples es del 37,5% pero es engañoso por el partido de ensueño que se marcó en su regreso a Boston. Y mejor no hablemos de los tiros libres (23,5%). Es un trabajo de paciencia.
Rajon Rondo es un carácter especial. Es un líder en la cancha y así lo demuestra, y lo mismo que Tyson Chandler, no tiene ningún problema en decir las cosas claras a sus compañeros y hacer que sean responsables de sus errores. Incluso si eso quiere decir que le tenga que pedir a Dirk Nowitzki que por favor rebotee de una manera un tanto poco ortodoxa.
Sin embargo es más positivo un acercamiento de frente y sincero entre los jugadores que una actitud pasivo agresiva, y realmente cuesta pensar que todo esto vaya a llevar a un problema de química.
Quien más y quien menos se ha podido dar cuenta de que Tyson Chandler está firmando hasta ahora la mejor temporada de su carrera en la NBA. Su PER actual, 21.4, sería 2,5 puntos mejor que el de su anterior mejor temporada (18,9) si el curso terminase ahora. Su presencia no es solo imprescindible en defensa, donde ahora ha recibido la ayuda de la incorporación de Rajon Rondo, sino también en ataque, donde sus continuaciones y su amenaza cerca del aro a la hora de finalizar alley-oops consiguen mejores huecos y lanzamientos para sus compañeros, y donde consigue segundas oportunidades con 4 rebotes ofensivos por encuentro.
Una estadística que demuestra el nivel al que está rindiendo en comparación con las últimas temporadas es que este año, en 39 partidos, lleva 17 doble dobles, mientras que el año pasado en 55 partidos con los New York Knicks sumó uno menos, 16.
Pero, ¿cómo de seguros nos podemos sentir teniendo en cuenta el historial de lesiones de Tyson? Su promedio de minutos tampoco es una locura, pues con 30,7 por partido sería su segunda marca más baja en los últimos cuatro años, pero en su anterior etapa en Dallas su éxito estuvo propiciado por la frescura que le dio tener a Brendan Haywood como suplente, lo que permitió que solo promediase 27,8 minutos por encuentro.
El problema es que desde el traspaso de Brandan Wright sus minutos han aumentado, pasando ya en varias ocasiones de los 34, algo con lo que Rick Carlisle no tiene que estar cómodo. Sin embargo en el banquillo solo están un Greg Smith que, después de mostrar algo de mejoría en su nivel, parece haber sufrido un retroceso (o una lesión), y un Dwight Powell del que solo ahora estamos empezando a conocer su potencial, pero que en cualquier caso parece más un 4 atlético y alto que un 5 que pueda pegarse con los pívots más pesados de la liga.
Parece claro que la primera opción para Dallas sigue siendo Jermaine O'Neal, pero este sigue sin pronunciarse, y los Mavericks siguen teniendo paciencia a la hora de buscar un recambio de garantías para Tyson Chandler. Esperemos que no haya que lamentar esa paciencia más adelante.
También podríamos incluir en este apartado otro regreso menos llamativo pero también efectivo como es el de J.J. Barea. Al igual que Tyson Chandler, Barea está teniendo en estos momentos el mejor PER de su carrera (17, que sería 2,1 puntos mejores que su mejor marca actual), y además se disputa con Chris Paul el mejor ratio asistencias/pérdidas de la liga.
El nivel de Barea ha sido globalmente bueno, aportando el cambio de ritmo desde el banquillo y la capacidad de dividir defensas que le hizo ganarse una carrera en Dallas. Obviamente en defensa siempre será un punto débil, pero su juego en ataque hasta ahora ha compensado ese factor.
Durante estos 41 primeros partidos hemos tenido tiempo de sobra para ver lo que puede llegar a dar de sí Chandler Parsons, pero también para apreciar su irregularidad y cierta tendencia a hacer "Josh Howards", es decir, hacer buenos números en la primera mitad y desaparecer en la segunda.
Parsons estaba alcanzando su mejor nivel de juego justo cuando se produjo el traspaso de Rajon Rondo, y eso pareció frenarle en seco. Desde entonces ha vuelto a ser más inestable, aunque en los últimos días ha dado sensaciones algo mejores.
De cualquier forma, en general se ha visto a un Parsons cómodo en el sistema, y que juega como si llevase 5 años en Dallas, no 5 meses. Ya se empieza a palpar algo de buena química con Tyson, Dirk y Monta, y es cuestión de tiempo que se adapte a Rondo. Al final los Dallas Mavericks van a necesitar a todos, pero posiblemente Chandler Parsons pueda ser considerado ese jugador "pegamento" cuyo rendimiento sea el que complete a un equipo que desea ser aspirante.
Monta Ellis sigue dando pasos en la buena dirección bajo la tutela de Rick Carlisle y la influencia de Dirk Nowitzki. Si en la temporada pasada se demostró que Ellis era capaz de ser una pieza clave y efectiva en un equipo puntero, en esta hemos ido más allá y durante casi 30 partidos un ataque liderado por Monta Ellis ha tenido el mejor rating ofensivo de la liga y rozando límites históricos.
Lo que más destaca de lo visto hasta ahora de Ellis es su irrupción como solucionador de problemas en finales apretados. En términos de promedios, Monta es ahora mismo el cuarto mejor anotador en situaciones clutch (menos de 5 minutos para el final, marcador en +- 5 puntos) con 4,4 puntos de promedio en esos 5 minutos, por detrás de Kevin Durant, LeBron James y James Harden. Élite. Pero si nos vamos a términos absolutos, tan solo Mike Conley (88 puntos) supera los 83 puntos en situaciones clutch de Monta Ellis en lo que va de temporada (ha participado en 19 partidos con esta situación, por 23 de Conley). Si esto es sostenible o no, lo veremos.
En los últimos partidos sus porcentajes y su rendimiento ha bajado. En parte puede ser por su adaptación al juego junto a Rajon Rondo, pero como también ha indicado públicamente Rick Carlisle, da la impresión de que Monta Ellis sufre algo de fatiga. No es casualidad que sea el jugador que más minutos promedia con 33,6, jugando incluso con lesiones o virus en algunas ocasiones.
Resulta raro ver a un Dirk Nowitzki tan irregular como el que hemos visto en las últimas semanas. Durante el mes de noviembre estuvo a un gran nivel, pero a partir de diciembre entró en un bache de porcentajes, lanzamiento y juego en general (pese al cual sigue teniendo un shot chart verde como un prado). Su 46,3% en tiros de campo es su peor marca desde que en la 2011-12 comenzase a tener problemas en la rodilla y de acondicionamiento por el lockout. Su 35,8% en triples es el más bajo desde la 2003-04.
Donde más se le notan los años es en el rebote, promediando solo 5,9 rechaces por partido. Solo en su año rookie capturó menos, y eso supone un problema diariamente para unos Mavericks que, pese a la presencia de Tyson Chandler, son uno de los equipos que peor rebotea de la NBA. Sin embargo, de alguna forma, cuando llegan los Playoffs Dirk sube el nivel incluso en cuanto a rebotear y casi siempre promedia 10 rebotes por serie.
Con el paso de los años las malas rachas se alargan y las buenas se acortan, y no hay que rasgarse las vestiduras por ello. Lo más probable es que Dirk Nowitzki no vuelva a promediar 21 puntos por temporada. Y sinceramente, viendo su comportamiento en la pista hasta ahora, creo que el primero que así lo desea es él mismo.
Aun así, y aun estando bien que delegue en otros como en Parsons y principalmente Monta Ellis, estaría bien que Nowitzki aún se impusiese en algunos momentos en los que los Mavericks realmente necesitan su presencia y sus canastas. Hasta ahora en la mayoría de los partidos ha tomado una actitud más pasiva, también posiblemente reservando energía para la segunda mitad de la temporada y los Playoffs. Y al menos en noviembre ya vimos que es capaz de estar a ese nivel. Todo sea que sepa recuperarlo en abril.
Es inevitable, el paso del tiempo no perdona a nadie. En el caso de Dirk Nowitzki, eso significa que tenemos que olvidarnos de temporadas enteras a un nivel estelar, y que acostumbrarnos a un Nowitzki que elige sus momentos y guarda sus energías para batallas mayores. Y, aun así, sigue siendo un Dirk Nowitzki que podemos disfrutar noche tras noche.
Hasta ese momento los Dallas Mavericks eran el mejor ataque de la liga con 113.6 puntos por cada 100 posesiones. Pero también eran una de las peores defensas, en concreto la 20ª, recibiendo 105,1 puntos por cada 100 posesiones, muy lejos de los registros necesarios para ser un aspirante real al anillo.
A pesar de adquirir a un base conocido por su capacidad distribuidora en ataque, la realidad es que los Mavs renunciaban a parte de ese potencial ofensivo, al menos momentáneamente, con la intención de ganar en defensa, y así ha sido. Desde su llegada, el ataque ha caído a 105,1 puntos por cada 100 posesiones, lo cual, sin embargo, aún les permite estar entre los 10 mejores ataques en ese periodo de tiempo, en concreto el 9º. Pero al mismo tiempo la defensa ha mejorado hasta los 100,7 puntos recibidos por cada 100 posesiones, también en el 9º puesto en este tiempo.
En resumen. La muestra aún no es demasiado amplia (14 partidos), pero desde que Rajon Rondo llegó los Dallas Mavericks han tenido uno de los 10 mejores ataques y una de las 10 mejores defensas de la liga, precisamente el objetivo del traspaso. Esos números mejorarán y empeorarán de aquí al final, pero demuestran el potencial del movimiento, como lo hace el hecho de que con Rondo en pista los Mavs solo encajen 95,2 puntos por cada 100 posesiones, la mejor marca entre los bases titulares de la liga en caso de mantenerse.
También existía el temor de que la aparición de Rondo frenase el ritmo de Monta Ellis. En un principio se vio que no era así, y aunque Ellis ha bajado su nivel en los últimos encuentros, parece una cuestión más relacionada con el cansancio y algunos problemas físicos que con una reducción de su rol. Quien más lo sufrió posiblemente fuese Parsons, pero también está empezando a recuperar protagonismo.
Desde el primer momento Rick Carlisle ha animado a Rondo a lanzar sin miedo cuando le dejen abierto, pero de momento no está teniendo buenos resultados. Su porcentaje de lanzamiento desde que llegó está en el 40,7%, y el de triples es del 37,5% pero es engañoso por el partido de ensueño que se marcó en su regreso a Boston. Y mejor no hablemos de los tiros libres (23,5%). Es un trabajo de paciencia.
Rajon Rondo es un carácter especial. Es un líder en la cancha y así lo demuestra, y lo mismo que Tyson Chandler, no tiene ningún problema en decir las cosas claras a sus compañeros y hacer que sean responsables de sus errores. Incluso si eso quiere decir que le tenga que pedir a Dirk Nowitzki que por favor rebotee de una manera un tanto poco ortodoxa.
Sin embargo es más positivo un acercamiento de frente y sincero entre los jugadores que una actitud pasivo agresiva, y realmente cuesta pensar que todo esto vaya a llevar a un problema de química.
Qué bueno que volviste
Quien más y quien menos se ha podido dar cuenta de que Tyson Chandler está firmando hasta ahora la mejor temporada de su carrera en la NBA. Su PER actual, 21.4, sería 2,5 puntos mejor que el de su anterior mejor temporada (18,9) si el curso terminase ahora. Su presencia no es solo imprescindible en defensa, donde ahora ha recibido la ayuda de la incorporación de Rajon Rondo, sino también en ataque, donde sus continuaciones y su amenaza cerca del aro a la hora de finalizar alley-oops consiguen mejores huecos y lanzamientos para sus compañeros, y donde consigue segundas oportunidades con 4 rebotes ofensivos por encuentro.
Una estadística que demuestra el nivel al que está rindiendo en comparación con las últimas temporadas es que este año, en 39 partidos, lleva 17 doble dobles, mientras que el año pasado en 55 partidos con los New York Knicks sumó uno menos, 16.
Pero, ¿cómo de seguros nos podemos sentir teniendo en cuenta el historial de lesiones de Tyson? Su promedio de minutos tampoco es una locura, pues con 30,7 por partido sería su segunda marca más baja en los últimos cuatro años, pero en su anterior etapa en Dallas su éxito estuvo propiciado por la frescura que le dio tener a Brendan Haywood como suplente, lo que permitió que solo promediase 27,8 minutos por encuentro.
El problema es que desde el traspaso de Brandan Wright sus minutos han aumentado, pasando ya en varias ocasiones de los 34, algo con lo que Rick Carlisle no tiene que estar cómodo. Sin embargo en el banquillo solo están un Greg Smith que, después de mostrar algo de mejoría en su nivel, parece haber sufrido un retroceso (o una lesión), y un Dwight Powell del que solo ahora estamos empezando a conocer su potencial, pero que en cualquier caso parece más un 4 atlético y alto que un 5 que pueda pegarse con los pívots más pesados de la liga.
Parece claro que la primera opción para Dallas sigue siendo Jermaine O'Neal, pero este sigue sin pronunciarse, y los Mavericks siguen teniendo paciencia a la hora de buscar un recambio de garantías para Tyson Chandler. Esperemos que no haya que lamentar esa paciencia más adelante.
También podríamos incluir en este apartado otro regreso menos llamativo pero también efectivo como es el de J.J. Barea. Al igual que Tyson Chandler, Barea está teniendo en estos momentos el mejor PER de su carrera (17, que sería 2,1 puntos mejores que su mejor marca actual), y además se disputa con Chris Paul el mejor ratio asistencias/pérdidas de la liga.
El nivel de Barea ha sido globalmente bueno, aportando el cambio de ritmo desde el banquillo y la capacidad de dividir defensas que le hizo ganarse una carrera en Dallas. Obviamente en defensa siempre será un punto débil, pero su juego en ataque hasta ahora ha compensado ese factor.
Pegamento Parsons
Durante estos 41 primeros partidos hemos tenido tiempo de sobra para ver lo que puede llegar a dar de sí Chandler Parsons, pero también para apreciar su irregularidad y cierta tendencia a hacer "Josh Howards", es decir, hacer buenos números en la primera mitad y desaparecer en la segunda.
Parsons estaba alcanzando su mejor nivel de juego justo cuando se produjo el traspaso de Rajon Rondo, y eso pareció frenarle en seco. Desde entonces ha vuelto a ser más inestable, aunque en los últimos días ha dado sensaciones algo mejores.
De cualquier forma, en general se ha visto a un Parsons cómodo en el sistema, y que juega como si llevase 5 años en Dallas, no 5 meses. Ya se empieza a palpar algo de buena química con Tyson, Dirk y Monta, y es cuestión de tiempo que se adapte a Rondo. Al final los Dallas Mavericks van a necesitar a todos, pero posiblemente Chandler Parsons pueda ser considerado ese jugador "pegamento" cuyo rendimiento sea el que complete a un equipo que desea ser aspirante.
Monta Clutch Ellis
Monta Ellis sigue dando pasos en la buena dirección bajo la tutela de Rick Carlisle y la influencia de Dirk Nowitzki. Si en la temporada pasada se demostró que Ellis era capaz de ser una pieza clave y efectiva en un equipo puntero, en esta hemos ido más allá y durante casi 30 partidos un ataque liderado por Monta Ellis ha tenido el mejor rating ofensivo de la liga y rozando límites históricos.
Lo que más destaca de lo visto hasta ahora de Ellis es su irrupción como solucionador de problemas en finales apretados. En términos de promedios, Monta es ahora mismo el cuarto mejor anotador en situaciones clutch (menos de 5 minutos para el final, marcador en +- 5 puntos) con 4,4 puntos de promedio en esos 5 minutos, por detrás de Kevin Durant, LeBron James y James Harden. Élite. Pero si nos vamos a términos absolutos, tan solo Mike Conley (88 puntos) supera los 83 puntos en situaciones clutch de Monta Ellis en lo que va de temporada (ha participado en 19 partidos con esta situación, por 23 de Conley). Si esto es sostenible o no, lo veremos.
En los últimos partidos sus porcentajes y su rendimiento ha bajado. En parte puede ser por su adaptación al juego junto a Rajon Rondo, pero como también ha indicado públicamente Rick Carlisle, da la impresión de que Monta Ellis sufre algo de fatiga. No es casualidad que sea el jugador que más minutos promedia con 33,6, jugando incluso con lesiones o virus en algunas ocasiones.
'Father Time' Dirk
Resulta raro ver a un Dirk Nowitzki tan irregular como el que hemos visto en las últimas semanas. Durante el mes de noviembre estuvo a un gran nivel, pero a partir de diciembre entró en un bache de porcentajes, lanzamiento y juego en general (pese al cual sigue teniendo un shot chart verde como un prado). Su 46,3% en tiros de campo es su peor marca desde que en la 2011-12 comenzase a tener problemas en la rodilla y de acondicionamiento por el lockout. Su 35,8% en triples es el más bajo desde la 2003-04.
Donde más se le notan los años es en el rebote, promediando solo 5,9 rechaces por partido. Solo en su año rookie capturó menos, y eso supone un problema diariamente para unos Mavericks que, pese a la presencia de Tyson Chandler, son uno de los equipos que peor rebotea de la NBA. Sin embargo, de alguna forma, cuando llegan los Playoffs Dirk sube el nivel incluso en cuanto a rebotear y casi siempre promedia 10 rebotes por serie.
Con el paso de los años las malas rachas se alargan y las buenas se acortan, y no hay que rasgarse las vestiduras por ello. Lo más probable es que Dirk Nowitzki no vuelva a promediar 21 puntos por temporada. Y sinceramente, viendo su comportamiento en la pista hasta ahora, creo que el primero que así lo desea es él mismo.
Aun así, y aun estando bien que delegue en otros como en Parsons y principalmente Monta Ellis, estaría bien que Nowitzki aún se impusiese en algunos momentos en los que los Mavericks realmente necesitan su presencia y sus canastas. Hasta ahora en la mayoría de los partidos ha tomado una actitud más pasiva, también posiblemente reservando energía para la segunda mitad de la temporada y los Playoffs. Y al menos en noviembre ya vimos que es capaz de estar a ese nivel. Todo sea que sepa recuperarlo en abril.
Es inevitable, el paso del tiempo no perdona a nadie. En el caso de Dirk Nowitzki, eso significa que tenemos que olvidarnos de temporadas enteras a un nivel estelar, y que acostumbrarnos a un Nowitzki que elige sus momentos y guarda sus energías para batallas mayores. Y, aun así, sigue siendo un Dirk Nowitzki que podemos disfrutar noche tras noche.
Una segunda mitad de temporada más complicada
Hasta el momento podríamos decir que los Dallas Mavericks han tenido un calendario de dificultad entre moderada y sencilla. Ya han visitado la cancha de 12 de los 15 rivales del Este, y de los 41 partidos restantes tan solo 9 serán contra equipos de la otra conferencia (21 de los 41 partidos de la primera mitad fueron contra el Este). Jugar más contra el Oeste significa tener un calendario más complicado.
Eso lo podemos ver también estadísticamente. Hasta el momento, el porcentaje de victorias medio de los equipos a los que se han enfrentado los Mavericks es un 48 %, igualados con los Blazers y solo por detrás de los Suns (47%). De aquí en adelante los rivales de los Mavs tienen un porcentaje medio de victorias del 54%, de nuevo solo por detrás en dificultad de los Phoenix Suns (55%).
Equipo | % de victorias de próximos rivales |
---|---|
Suns | 55% |
Mavericks | 54% |
Grizzlies | 53% |
Trail Blazers | 53% |
Jazz | 53% |
Clippers | 53% |
Timberwolves | 53% |
Rockets | 52% |
Kings | 52% |
Spurs | 52% |
Thunder | 52% |
Warriors | 52% |
Nuggets | 50% |
Pelicans | 49% |
Lakers | 49% |
La buena noticia es que durante el primer mes desde el traspaso de Rajon Rondo han sido capaces de acumular victorias a pesar de encontrarse en periodo de adaptación con su base nuevo. Haber tenido un calendario más fácil en esas circunstancias permitirá que lleguen más rodados ahora que la dificultad va a tener una notable subida. También es positivo que los Mavs son uno de los equipos que más partidos ha jugado hasta ahora, lo que significa que en la segunda mitad tendrán un poco más de descanso, y que hasta ahora el número de partidos en casa (20) y fuera (21) ha sido equilibrado, por lo que no se apoyan en un éxito conseguido jugando más de la cuenta en el AAC.
La mala es que aún restan tres segundas noches de back-to-back contra los Houston Rockets, y que los rivales de la noche anterior son Memphis, y Oklahoma City en dos ocasiones, partidos en los que será más difícil competir. Los Mavs tienen que visitar aún canchas duras como Golden State (2 veces), Oklahoma City (2), Los Angeles Clippers (2), Portland, San Antonio, Memphis, Houston, Phoenix y Atlanta, que fácilmente podrían representar derrotas.
Aun así, lo peor se reserva para la recta final, después del parón del All Star. En estos 14 partidos previos al fin de semana de las estrellas se encuentran enfrentamientos con Minnesota (fuera), New Orleans (fuera), el back-to-back de Miami-Orlando (fuera), Minnesota, Sacramento (fuera) o Utah. Si los Mavs siguen haciendo los deberes, podrían solucionar estos compromisos previos al All Star con un 8-6 para llegar así al parón con un récord 36 - 19 y en posición de luchar por tener ventaja de campo en Playoffs.
Entre la ilusión de las incorporaciones veraniegas, la buena química desde el principio, las frustraciones contra los equipos buenos y por la irregularidad de Nowitzki y el traspaso de Rajon Rondo y sus resultados iniciales, la primera mitad de la temporada ha pasado volando. Pero será en la segunda cuando de verdad conozcamos la identidad de estos Dallas Mavericks y cuáles son sus aspiraciones reales.
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