Los Dallas Mavericks van a ser séptimos del Oeste esta temporada. No importa lo que hagan de aquí al día 15, ni lo que hagan el resto de las franquicias. Las posibilidades de que se muevan de ese puesto son minúsculas. Casi podríamos decir que en estos momentos los únicos que tienen sus puestos asegurados son los Atlanta Hawks, los Golden State Warriors... y los Dallas Mavericks.
Por una parte, se trata de una decepción por las aspiraciones que existían hace unos meses para hacerse con el factor cancha en Playoffs. En los dos primeros meses de competición los Mavs se aprovecharon de un calendario muy favorable para acumular victorias, pero desde el cambio de año los números y las sensaciones son bastante preocupantes. Dallas es el equipo que se rifan el resto de rivales del Oeste, y eso es por algo.
Pero por otra parte, la tranquilidad de no jugarse una plaza en esta última semana permite ser mas conservadores con los jugadores lesionados y con los descansos. En la última semana hemos visto a Chandler Parsons y Rajon Rondo abandonar partidos o perderse entrenamientos por lesiones en la rodilla. La de Parsons la catalogaron como molestias, sin más. Surgió cuando estaba practicando su mejor baloncesto del año, y por ahora apenas está ni siquiera entrenando. Lo de Rondo fue una hiperextensión en la rodilla, y por pura precaución no volvió a jugar, pero ya está entrenando con normalidad.
El mismo Rick Carlisle ha sido claro: la prioridad ahora es llegar sanos a Playoffs.
Carlisle sobre las lesiones: "Estamos intentando facilitar a la madre naturaleza ser un poco amable con nosotros". Osea: estamos reservando.
— D-Mavs (@D_Mavs) abril 6, 2015
Por eso, no sería extraño que Parsons no juegue hoy tampoco contra Phoenix, y que intenten ya introducirle poco a poco en los últimos cuatro partidos. No sería nada descabellado tampoco que hubiese otros jugadores que descansasen, especialmente en el último back-to-back restante Lakers - Jazz de los días 12 y 13.
Gracias a esta tranquilidad que da no jugarse nada también pueden centrarse en ganar sensaciones de cara a la postemporada. Llegar a las 50 victorias y superar el récord del año pasado parece un reto importante, pero en este punto en realidad es secundario ya. Para coger buenas sensaciones y ritmo deberían bastar los cinco partidos restantes. Los cuatro primeros deben ser considerados ganables (Phoenix en casa, y gira por Denver, Los Angeles Lakers y Utah Jazz) y en el último recibirán a unos Blazers muy mermados desde la lesión de Matthews.
Un 3-2 para finalizar es el mínimo exigible. Cualquier cosa mejor servirá para coger confianza de cara a Playoffs. Cualquier cosa peor, para crear aún más dudas sobre el futuro de este equipo.
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