Los Dallas Mavericks comenzaron la temporada a un nivel
bastante alto. Su inicio fue el segundo mejor en la era Rick Carlisle, detrás
solo de los Mavs campeones de 2011, todo ello basado en un gran nivel de forma
de Dirk Nowitzki y Monta Ellis. Chandler Parsons, su gran adquisición durante
el verano, no terminaba de arrancar, pero eso no importaba, porque con la
efectividad de Tyson Chandler y Brandan Wright cerca del aro, Dallas tuvo un
primer mes y medio de competición en el que su ataque estuvo a niveles
históricos en ratio ofensivo.
El verano había sido ilusionante. Pese al desembolso que
suponía la llegada de Chandler Parsons, parecía un refuerzo perfecto para la
rotación, un jugador pegamento cuya carrera está en alza. Antes ya se habían
hecho con Tyson Chandler a través de un traspaso con los New York Knicks, lo
que les devolvía al líder de su defensa durante el título de 2011, y que
después veríamos que estaba de nuevo sano. Al-Farouq Aminu llegó por el mínimo
para convertirse, ya con la temporada avanzada, en un hombre clave de la
rotación, y Jameer Nelson se postulaba como base titular. A pocos días del
comienzo de la temporada regular, los Minnesota Timberwoles liberaban a J.J.
Barea, quien decidió regresar a Dallas.
Sin embargo, había señales de que aquello que hemos
comentado al principio no era más que un espejismo producto de uno de los
calendarios más sencillos de la liga en las primeras semanas. Se encontraban
entre las diez peores franquicias tanto en ratio defensivo como en rebote, dos
facetas cruciales para cualquier contender que se precie. Y hablando de
contenders, su récord contra equipos dentro de los puestos de Playoffs del
Oeste era nefasto. Los Mavs aparentaban ser un equipo de élite, pero era todo
fachada. El envoltorio era bonito, pero en el interior había una sorpresa
desagradable.
A mediados de diciembre sucedieron dos cosas que cambiaron
el rumbo de su temporada. La primera y más mediática, el traspaso por Rajon
Rondo (recuerda que puedes ganar su camiseta). Mark Cuban y Donnie Nelson sabían que no iban a ninguna parte con un
ataque tan bueno, una defensa nefasta y Jameer Nelson como base titular contra
los Curry, Paul, Westbrook o Conley del Oeste, y decidieron arriesgarse con un
movimiento por un base que no ha vuelto a ser el mismo desde su lesión de
rodilla y que acaba contrato este verano. La segunda cosa que ocurrió y que
pasó más desapercibida, es que en cuanto entramos en 2015, el calendario de los
de Rick Carlisle se volvió notablemente más complicado.
Desde entonces, arrastran el ser un equipo que apenas ha
ganado poco más del 50% de sus partidos. Entre medias ha habido también
numerosas lesiones de Rajon Rondo, Tyson Chandler, Monta Ellis o Chandler
Parsons, pero lo peor ha sido la sensación de que siempre han estado varios
pasos por detrás en la pista contra equipos fuertes. Después de mantenerse a
duras penas en la lucha por el factor cancha hasta principios de marzo, durante
este mes terminaron por ceder y fueron “condenados” a terminar en séptima
posición, sin posibilidad de alcanzar a los equipos que les precedían y sin
problemas para mantener su distancia sobre los Oklahoma City Thunder y los New
Orleans Pelicans.
El problema de estos Dallas Mavericks es que no han sabido
terminar de adaptarse a la llegada de Rondo. O, quizás, que directamente no
tenían mimbres para adaptarse a él, puesto que los estilos de juego de Rajon y
de Dallas antes del traspaso son totalmente opuestos. Pero si el base es fiel a
su costumbre de multiplicar su rendimiento en la postemporada, sobre todo en el
apartado defensivo, aún puede haber esperanzas para Dallas. Aunque sean pocas,
pero que alguien se atreva a decirme que una plantilla con Rajon Rondo, Monta
Ellis, Chandler Parsons, Dirk Nowitzki, Tyson Chandler, Devin Harris y Amar’e
Stoudemire como siete mejores jugadores, y dirigidos por Rick Carlisle, no
tiene esperanza alguna.
En Playoffs su rival serán los Houston Rockets. Creo que no
nos equivocamos si decimos que esta es la serie que todas las partes querían.
Los Houston Rockets porque Dallas es a priori el rival más débil de los
Playoffs del Oeste fuera del octavo puesto, y porque en temporada regular les
han ganado sus enfrentamientos por 3-1. Los Dallas Mavericks porque Houston es
un equipo mermado por las lesiones, contra el que mantuvieron sus choques en
temporada regular igualados pese a que fueran todos en segunda noche de
back-to-back, y porque Rick Carlisle debería ganarle la partida a su gran amigo
Kevin McHale. Y para los aficionados porque da aún más morbo al pique que ambas
franquicias mantienen en los últimos años, con Daryl Morey llevándose a Howard
y preguntando por Nowitzki, con Cuban desbaratando el plan de los Rockets
firmando a Parsons, y con los enfrentamientos verbales en la prensa de ambos.
Calendario de Playoffs:
Game 1 - Noche del sábado 18 al domingo 19 a las 3:30 AM en HOUSTON
Game 2 - Noche del martes 21 al miércoles 22 a las 3:30 AM en HOUSTON
Game 3 - Noche del viernes 24 al sábado 25 a la 1:00 AM en DALLAS
Game 4 - Noche del domingo 26 al lunes 27 a las 3:30 AM en DALLAS
Game 5 * - Noche del martes 28 al miércoles 29 si es necesario en HOUSTON
Game 6 * - Noche del jueves 30 al viernes 1 si es necesario en DALLAS
Game 7 * - Noche del sábado 2 al domingo 3 si es necesario en HOUSTON
Mañana, la extensa previa de la eliminatoria.
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1 comentarios:
Write comentariosLo que gozaría ganar la serie 4-2 con un "game winner" de Parsons en el 6º partido...
ReplyDependemos de la defensa de Rondo vs Harden y de que Tyson no permita a Howard dominar la pintura.