Los Dallas Mavericks de la temporada pasada disfrutaron del segundo mejor ataque de la liga con 109 puntos por cada 100 posesiones, empatados con los Miami Heat de LeBron James y tan solo por detrás de los 109,4 puntos de Los Angeles Clippers de Chris Paul y Blake Griffin. De cara a esta temporada podría decirse que los Mavs pierden en el aspecto ofensivo con el cambio de José Manuel Calderón, uno de los mejores y más efectivos triplistas de la liga, por Jameer Nelson, pero, al mismo tiempo, también ganan al sustituir a Shawn Marion y Samuel Dalembert por Chandler Parsons y Tyson Chandler.
Por motivos de lesiones y descansos, los titulares de los Mavericks solo han jugado tres partidos juntos esta pretemporada, pero ha sido suficiente como para ver que tienen todos los mimbres para volver a estar en lo más alto de la liga en producción ofensiva. A pesar de percances físicos y rotaciones extrañas de pretemporada, los Mavs han metido al menos 106 puntos en seis de los ocho encuentros amistosos, y en los dos en los que no lo hicieron no jugaron los titulares (Jameer Nelson, Monta Ellis, Chandler Parsons, Dirk Nowitzki y Tyson Chandler) ni dos de los principales suplentes (Devin Harris y Brandan Wright).
En total los titulares mencionados anteriormente han jugado juntos tres partidos. En esos tres encuentros, contra Cleveland, Memphis y Orlando, y con una rotación más o menos como la que se verá en Temporada Regular, los Mavs han promediado 88,3 puntos (con 53% TC y 43% T3) tras los tres primeros cuartos. Por ponerlo en perspectiva, los Chicago Bulls promediaron 93,7 puntos por partido la pasada temporada. Claro que no hay que dar demasiado peso tampoco a los números de pretemporada, pero para cualquier que haya visto alguno de los tres partidos mencionados el potencial del ataque de Dallas como candidato a liderar la liga en eficiencia ofensiva es evidente.
Para visualizar lo que los fríos números nos cuentan, cogeremos como muestra algunas acciones del amistoso que disputaron Dallas Mavericks y Cleveland Cavaliers. Las imágenes pueden tardar un poco en cargar.
Lo primero que tenemos claro es que Dirk Nowitzki va a ser el principal catalizador de juego. Como le gusta decir a Rick Carlisle, Nowitzki tiene su propia gravedad, atrayendo por instinto a los jugadores que se encuentran a su alrededor, y facilitando así el juego para el resto.
Por ejemplo, en esta acción vemos cómo Dirk sube a bloquear a Kyrie Irving para que Jameer Nelson lo supere con comodidad.
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