Cuando se abrió la necesidad de que los Dallas Mavericks fichasen uno o dos pívots más, fueron numerosos los fans que se preguntaron: ¿y por qué no Larry Sanders?
Hace un par de temporadas, Sanders era uno de los interiores defensivos más prometedores de la NBA. Su intimidación le llevó a colocarse entre los mejores defensores interiores, era joven, firmó un gran contrato con los Bucks y parecía tener un gran futuro por delante.
Pero eso cambió. Primero sufrió una lesión provocada por una pelea en un bar. Después recibió un golpe durante un partido y se fracturó un hueso de la cara. Estuvo prácticamente un año sin jugar. Después llegaron problemas aún más graves, como las sanciones por violar el programa anti drogas de la NBA, y el reconocimiento de que tenía un problema con la marihuana.
Sanders perdió las ganas de jugar al baloncesto poco después de firmar una extensión de contrato por cuatro años y $44 millones. Solo llegó a jugar 27 partidos en la temporada pasada antes de que acordase una rescisión de su contrato en la que "perdonó" buena parte del dinero. De esos $44 millones recibirá alrededor de unos 22, que por medio de la stretch provision se repartirán en los próximos siete años. Durante ese periodo de tiempo, cobrará casi $2 millones por no hacer nada.
Los Dallas Mavericks se interesaron por Sanders en el pasado, tanto por medio de traspaso, pues no tenían miedo al contrato que había firmado porque pensaban que en la cancha se lo merecía, como cuando fue cortado el pasado mes de febrero. Pero ese interés se ha diluido, y ahora mismo no está en la lista de deseos de la franquicia. Y el motivo es sencillo.
"Simplemente, ya no quiere volver a jugar al baloncesto", dijo una fuente cercana a Sanders a DallasBasketball.
Y de esta forma, aunque los Dallas Mavericks puedan tener una necesidad y un interés por un jugador como él, es el mismo Larry Sanders el que no quiere ser la solución.
-----D-Mavs en Twitter y en Facebook
Toda la NBA en BasketAmericano
-----