El final del curso se acerca para los Mavs, y tras un inicio realmente duro, por lesiones, derrotas y juego, la nueva mitad de curso ha llegado con cierto optimismo tras sacar buena nota en los parciales de enero. Ahora llega una carrera de fondo, dónde los exámenes finales darán el pase (o no) a unos Playoffs, cuya nota de corte es mucho más baja que otros años.
Realmente hay
muchos motivos para pensar que este equipo puede acabar el curso al alza. La
mejora física de Nowitzki, el liderazgo progresivo de Barnes, la búsqueda de
una regularidad cada vez más positiva de Matthews, la recuperación (esperemos
que definitiva) de Williams, Barea y Bogut, o la llegada de un nuevo
“empollón” como Yogi Ferrell. Pero de lo
que realmente se puede estar esperanzado con estos Dallas es de la importancia
en la rotación que están cogiendo los jugadores jóvenes, sentando la base para
un futuro no muy lejano, y con un proceso necesario de rejuvenecimiento de
plantilla.
En total, hasta 8
jugadores del roster actual, nacieron del 90 en adelante, por tanto, más de
la mitad de la plantilla tiene menos de 27 años, y el 50% de estos promedian
más de 20 minutos por partido. Vamos a ver que ejemplos pueden tener estos
jóvenes dónde verse reflejados y quizá marcar sus techos, o superarles.
YOGI FERRELL – J.J. BAREA
El último en
llegar y el que ha irrumpido con más fuerza. Es posible que gracias a Yogi,
mucha gente haya empezado a ver partidos de los Mavs esta temporada, y es que
estas historias de jugadores “desconocidos” que debutan en la NBA y meten 30
puntos, ya sabemos lo que vende.
Es el único que
tiene su profesor en la propia plantilla, y además sus historias no parecen tan
diferenciadas, y sus similitudes en la pista, mucho menos.
Con 10 años de
diferencia en su entrada en la NBA, Barea en la 06-07, Ferrell en la 16-17,
ninguno de los dos fue elegido en el Draft, siendo importantes en sus
universidades. El primero fue una referencia ofensiva en la Northeastern
University de Boston, mientras que el segundo fue, y es, una institución en la
Universidad de Indiana. Ambos lograron grandes reconocimientos individuales, y
ambos completaron el ciclo de 4 años, pero quizá por su escasa altura, ambos
miden 1,83m, las franquicias tuvieron dudas para draftearles.
Los dos tuvieron
en las Ligas de Verano, la oportunidad para demostrarle a las 30 franquicias
que se equivocaron al no escogerles. Sus actuaciones les hicieron ganarse un
puesto en la plantilla final, Barea directamente en Dallas, y Yogi en Brooklyn,
aunque tuvieron que foguearse en la D-League para volver a tener una
oportunidad real de ser algo más que jugadores de relleno.
Viendo que por
trayectoria, sus inicios son bastante parejos, pasemos a lo que quizá más
importa, el estilo de juego y los números, dónde también se mueven en cifras
bastante similares, aunque hay que ser cautos con un Yogi Ferrell que tan solo ha
jugado 20 partidos en la NBA (10 con Nets, 10 con Mavs a cierre de artículo).
Los dos bases han encontrado en Dirk Nowitzki el mejor aliado para desarrollar su juego, aprovechando los bloqueos en la cabecera que pone el alemán, bien sea para el Pick&Pop donde Dirk se juega el tiro exterior liberado, o para que los otros dos encuentren un pasillo al aro o prueben el triple. Todos sabemos que Barea es un maestro en esto, ya son muchos años conectando con Nowitzki y haciendo de ello una de las armas más peligrosas del esquema ofensivo de los de Carlisle, pero el ex – Hussier, parece también encaminado a ello, y en tan solo 10 partidos ya demuestra una conexión realmente efectiva con el #41. Y no es algo realmente sencillo, ya que por Dallas han pasado multitud de bases que no han encontrado esa química necesaria para hacer carrera en el equipo.
Otra de las
virtudes de ambos es su velocidad, obviamente con su corta estatura deben
aprovechar al máximo esta arma y unido a un gran manejo del balón, hacen
realmente difícil la defensa para el rival. El gran dribbling que poseen lo
combinan con un efectivo lanzamiento exterior, ya que ambos pueden generarse
sus propios tiros tanto de media como de larga distancia.
La visión de
juego y de pase, les hacen también ser un peligro para las marcas rivales.
Powell o Mejri siempre se benefician cuando juegan junto al boricua, que
encuentra la manera de hacerles jugar por encima del aro con relativa
facilidad.
Otro factor
importante es el carácter competitivo que atesoran, en J.J. es de sobra
conocido, mientras que en Yogi lo estamos conociendo poco a poco, pero ya ha
demostrado que no se arruga ante nada, ni ante nadie. Ha salido bien parado de
emparejamientos con Parker, Irving, Lillard o Isaiah Thomas en solo tres
semanas, casi nada.
La asignatura
pendiente es la defensa, ambos condicionados por un físico que en ataque les
puede valer para marcar diferencias, pero que les hace sufrir atrás, sobretodo
ante la nueva hornada de bases grandes y físicos que irrumpe en la NBA.
El sistema de
Dallas, jugando con dos bases, quizá ha tapado un poco esas carencias en Barea,
pudiendo defender al hombre menos efectivo en ataque de los rivales. Con el
paso de los años ha perdido también ese desplazamiento lateral que permite
anticiparse a las líneas de pase, algo que vemos como por ejemplo Seth Curry
mejora. Por su parte, Ferrell sufre los mismos condicionantes, aunque su mayor
capacidad física y atlética le permite aguantar el emparejamiento bastante
mejor que Barea. Sin ser un gran defensor, ha logrado dos partidos con 4 robos
en Dallas, y su empeño le ha hecho no salir tan mal parado ante rivales letales
en ataque como los antes mencionados. Podemos afirmar sin temor, que en este
aspecto mejora y mucho a sus predecesores Jonathan Gibson y Pierre Jackson.
Repasando sus
números en sus temporadas rookies, y extrapolándolos a 36 minutos (Barea solo
promediaba 5,8 en su primer año) vemos la similitud en casi todos los aspectos:
Barea: 14,7ppp,
4,7rpp, 4,5app, 35,9% en TC y un 28,6% en T3 (lo incrementó un 10% en su
temporada sophomore)
Ferrell: 14,9
ppp, 2,9rpp, 4,8app, 43,3% en TC y un 40,3% en T3 (datos en Nets y Mavs)
SETH CURRY – JASON TERRY
Seth Curry está
siendo probablemente junto a Barnes, la sorpresa más agradable de los Mavs
durante la temporada, un jugador que pese a sus problemas en defensa, tiene
unos recursos ofensivos muy efectivos, que por 3 millones lo convierten en una
ganga.
La comparación en
este caso, guarda más parecido en el presente que en los inicios, ya que uno
llegó a la NBA siendo campeón de la NCAA con Arizona y número 10 del Draft,
mientras que el otro fue deambulando por ligas de verano y contratos de 10 días
sin ser elegido en la ceremonia y tras haber jugado a buen nivel en Duke.
Jet llegó a
Dallas en la 04-05, en un traspaso con varios jugadores involucrados, y desde
su primera temporada supo ganarse a la afición con actuaciones guardadas en la
retina de todos los seguidores como los 27 puntos en el Game 6 de las Finales
de 2011, o los 9 de 10 en triples ante los Lakers en esos mismos Playoffs.
Durante sus tres primeras temporadas en Dallas partió como titular, pero fue a partir de que Avery Johnson lo colocase como 6º hombre, dónde llego a ser determinante realmente y a ser considerado uno de los mejores revulsivos del banquillo de la historia. En la 08-09 estuvo cerca de promediar 20 puntos, y en 2011 ya con Carlisle, fue decisivo desde el banco para ganar el único título en la historia de los Mavs.
Con Curry ha
sucedido un efecto algo contrario, ya que hemos visto su mejor versión desde
que Carlisle decidió incluirle en el quinteto titular, en detrimento del
miembro VIP de la enfermería, Andrew Bogut. Hasta entonces, Seth era el
principal sexto hombre del equipo, junto al compañero de camillas de Bogut, J.J
Barea; pero no acababa de encontrar su espacio en la cancha, seguramente por no
coincidir en demasiados minutos con los más veteranos. Sin embargo con el nuevo
sistema más pequeño y con los 5 abiertos para permitirle aclarados, Curry se
encuentra mucho más cómodo.
15,4 puntos, 3,5
rebotes, 2,9 asistencias, 1 robo, 50% en TC y 44% en T3 son sus promedios desde
que está en el quinteto, además los Mavs alcanzan un récord de 11-6 desde
entonces.
Está claro que la
idea de Carlisle era hacer del ex de los Kings un buen sexto hombre, difícil
que pueda llegar al nivel mostrado por Terry, pero en una línea parecida. Ahora
funcionando tan bien en el sistema, es complicado que vuelva a cambiarlo para
meter a un Bogut que ha mostrado un nulo entendimiento con Deron Williams o
Nowitzki.
En cuanto al
estilo, tienen una forma de jugar con ciertas similitudes. Igual que el
emparejamiento anterior, coinciden en estatura, 1,88m para los dos, y se
desempeñan con solvencia tanto en el puesto de base como de escolta. Ambos son
grandes tiradores tras bote, Curry tiene más capacidad de dribbling y de
manejo, mientras que el actual jugador de los Bucks era mejor pasador y más
efectivo en defensa, algo dónde el hermano de Stephen está intentando progresar
poco a poco. De momento ya muestra una buena tendencia a anticiparse a las
líneas de pase para conseguir robos que permitan una transición fácil a
canasta.
Los aclarados,
que antes he mencionado, también es un arma de gran valor para los dos,
aprovechando su gran velocidad para conseguir entrar a canasta con
penetraciones que ambos dominan.
Para comparar sus
números, me he basado en la primera temporada en los Mavs de Jason Terry y en
la actual de Seth Curry.
Terry: 30
minutos, 12,4 puntos, 2,4 rebotes, 5,4 asistencias, 50% en TC y un 42% en T3
Curry: 28,1
minutos, 11,7 puntos, 2,5 rebotes, 2,7 asistencias, 46,9% en TC y un 41,6% en T3
DORIAN FINNEY-SMITH – AL-FAROUQ AMINU
Finney-Smith se
ha ganado cada minuto en la pista a base de esfuerzo y ética de trabajo, una
esponja de conocimientos al que nadie le ha regalado nada. Aunque su presencia
haya caído en las últimas semanas, tuvo un mes de diciembre a gran nivel que le
hace ser un gran activo para el futuro inmediato de los Mavs.
Los inicios de
estos dos aleros también han sido muy diferentes, Aminu aterrizó en la liga
tras ser seleccionado en el décimo puesto del Draft de 2010 por los Clippers
tras dos buenos años en Wake Forest dónde promedió 14,4 puntos y 9,4 rebotes
por encuentro. Dorian obtuvo varios reconocimientos en sus tres años con los Gators de Florida, pero para sorpresa de
muchos, no logró ser seleccionado en el Draft, aunque para entonces, Nelson y
Finley ya lo tenían en su lista.
Tras una buena
Liga de Verano, cumplió en la pretemporada, destacando por su defensa y su buen
físico, aunque no partía como favorito para hacerse con un hueco final en la
plantilla de Carlisle, honores que tenían Brussino y Gibson.
Finalmente logró
dejar fuera del corte a Jonathan Gibson, aunque luego tuvo que ser reclamado
por las constantes bajas en el puesto de base. Para entonces Finney-Smith ya
había demostrado sus buenas aptitudes, incluso quitándole minutos a Justin
Anderson o Dwight Powell y partiendo hasta en 29 ocasiones como titular. Aminu
solo lo logró 3 veces.
Pero si algo
coincide entre el nigeriano y el de Portsmouth es la cultura del esfuerzo,
ganarse al entrenador en cada entrenamiento y aportar cada noche tu granito de
arena. Aminu no se ganó la confianza de Carlisle hasta finales de enero,
exactamente el partido en Houston del 28 de ese mes fue su punto de inflexión,
justo el ecuador de la temporada. Hasta esa fecha tan solo había llegado a
disputar más de 20 minutos en 7 encuentros, tras ese partido lo hizo en 26
ocasiones hasta el final de regular season. Su gran segunda mitad de curso, le
hicieron ser uno de los más destacados en la serie con los Rockets de aquella
temporada, en los últimos 3 partidos (4-1 para Houston) dónde los Mavs lograron
su única victoria, Aminu promedió 15 puntos, 8,7 rebotes y 2,3 robos. Un
trampolín perfecto para un gran contrato en verano, y su marcha de Dallas.
Su estilo de juego es el punto más parejo entre ambos. Pueden moverse entre las posiciones de 3 y de 4 con solvencia, de hecho es común verles actuar como ala-pívot para tapar sus carencias en en lanzamiento exterior y encontrar un emparejamiento dónde puedan sacar ventaja con su velocidad y físico.
En ataque ninguno
se prodiga demasiado, de hecho la temporada más anotadora de Aminu se sitúa en
10,2 puntos por noche, sin embargo son jugadores capaces de cambiar la dinámica
de un partido en defensa utilizando sus largos brazos y buen movimiento de
piernas para ser efectivos en la línea exterior, y una gran capacidad de salto
y posición para zonas interiores.
Son jugadores que
todo entrenador quiere tener, y que se ganan el fervor de la grada rápidamente.
Poca gente ha dejado tanta huella en Dallas en tan solo una temporada como lo
ha hecho Aminu (Tyson Chandler a parte), pero el contrato que le ofreció
Portland era inabarcable para Cuban, así que ahora que tenemos un jugador que
puede llegar a ser tan efectivo como él, esperemos poder disfrutarle más
tiempo.
Para la
comparación de sus números he escogido la única temporada en Dallas de Aminu,
la 14-15, con la actual de Dorian.
Aminu: 18,5
minutos, 5,6 puntos, 4,6 rebotes, 0,8 asistencias, 0,9 robos, 0,8 tapones,
41,2% en TC y un 27,4% en T3
Finney-Smith:
20,8 minutos, 4,4 puntos, 2,6 rebotes, 0,9 asistencias, 0,6 robos, 0,3 tapones,
39,4% en TC y un 31,3% en T3
HARRISON BARNES – MICHAEL FINLEY
Barnes se ha
convertido ya en la gran referencia de los Mavs. Muchos dudaban si tendría la
capacidad para adaptarse a un rol mayor, que si podría convertirse en un líder,
su adaptación con Nowitzki… ha disipado todas las dudas de un plumazo, a base
de grandes actuaciones. De hecho ya suma 6 partidos con +30 puntos en Dallas,
mientras que en sus 4 temporadas anteriores solo lo logró una vez.
Con Finley
estamos hablando de uno de los mejores jugadores en la historia de Dallas, alguien
que desde su etapa en Wisconsin ya era un prodigio a nivel nacional. En la
Universidad logró ser el máximo anotador en la historia de los Badgers, el único jugador con 500 o más
puntos en tres temporadas consecutivas y ser nombrado Atleta Norteamericano
Masculino del Año. A pesar de ello, Stern no pronunció su nombre hasta el
puesto 21 en el Draft de 1995, fueron los Phoenix Suns los que se llevaron el
gato al agua y seguramente frotándose las manos.
A pesar de una
gran temporada rookie, decidieron traspasarle a los Mavericks bien entrado el
curso en un traspaso con varios jugadores, que enviaba a Jason Kidd a los de
Arizona, entre otros.
En Dallas formó
junto a Nowitzki y Nash uno de los Big Three más dominantes de la liga,
superando hasta en 5 temporadas los 20 puntos de media y siendo nombrado dos
veces All-Star. De hecho, Barnes es el único que puede llegar a promediar 20
puntos por noche (Nowitzki a parte) desde que lo hizo Finley, en los últimos 19
años.
Los Mavs de
principio de siglo eran un equipo de muchas victorias en temporada regular y
con un rating ofensivo altísimo, pero no les llegaba para competir con los
Lakers o los Spurs de la época, y Finley vio la oportunidad de unirse a los del
Álamo y no lo dudó. Aún así no se le guarda ningún rencor por la Big D.
Barnes por su
parte estaba considerado como el mejor talento joven de todo Estados Unidos cuando
militaba en el Instituto. Con ese gran cartel fueron los Tar Heels los que le convencieron para intentar lograr el título de
la NCAA. Allí cerró una etapa muy exitosa a nivel individual, al lado de
jugadores como Tyler Zeller o John Henson. Los Warriors, que empezaban a
construir su faraónico proyecto de hoy día, no dudaron en usar su pick 7 para
seleccionar a un jugador que prometía un gran futuro.
Pese a ser
elegido en el primer quinteto de rookies, su primera temporada no fue del todo
exitosa, ya que los Warriors cayeron en 2ª ronda de Playoffs, aunque su etapa
sophomore con una involución en sus números, la pérdida de su puesto en el
quinteto titular y la derrota en 1ª ronda de la post-temporada, fue aún peor.
Dos años después
y con un anillo de campeón en la mano, puso rumbo a Dallas con un contrato máximo,
sacudido por el tsunami de Durant.
Dejar un equipo
campeón, para irte a uno en tierra de nadie no debe ser fácil, pero todo puede
hacerse más ameno con un colchón de 94 millones de dólares, aunque Barnes lejos
de conformarse con eso, ha querido erigirse en la piedra angular de un proyecto
que quiere volver a retomar la senda del éxito cuanto antes.
Aunque Finley era
un escolta, que podía jugar de alero, mientras que Barnes es un alero
reconvertido a ala-pívot por Carlisle, su libro de jugadas es bastante parejo.
Ambos, tiradores
tanto de larga como de media distancia muy efectivos, de hecho Barnes ha
logrado que su tiro de 4-5 metros sea el arma más letal de su arsenal, y una de
las más mortíferas de la liga. La finalización en el aro con potencia, gracias
a un gran primer paso que les ha permitido eliminar la marca rival con relativa
facilidad es otra de las facultades de esta pareja, y además ambos conectaron rápidamente
con Nowitzki en pista, en muchas ocasiones incluso asumiendo su rol.
En defensa
también han llegado a ser determinantes. Finley era junto a Adrian Griffin el
mejor defensor exterior del equipo, y Barnes forma junto a Wes Matthews una
interesante pareja en ese apartado. Su físico les ha permitido soportar
emparejamientos ante rivales mucho más grandes, tenemos el ejemplo del Towns vs
Barnes de esta temporada, y su velocidad y capacidad de anticipación les ha
hecho poder emparejarse también con jugadores más explosivos.
De todos los
jugadores comparados, Finley es el único que está retirado, aunque mantiene un
puesto importante dentro del esquema de la franquicia tejana. Actualmente es
Asistente de Donnie Nelson, y entre otras funciones, tiene un gran peso en el
scout de las jóvenes promesas que quieren aterrizar en la NBA. También le hemos
visto vestirse de corto para entrenar con algunos jugadores como Finney-Smith,
aunque seguro que Harrison Barnes también ha estado involucrado.
Veremos dónde
llega el techo de Barnes, de momento su margen de mejora sigue siendo bastante
grande, y encontrar a un Finley 2.0 sería una gran base para construir a los
Mavs del futuro.
Para comparar sus
números, veremos las 9 temporadas de Finley con la actual del Halcón Negro.
Finley: 39,7
minutos, 19,8 puntos, 5,2 rebotes, 3,8 asistencias, 1,2 robos, 44,6% en TC y un
37,6% en T3.
Barnes: 35,8
minutos, 20,1 puntos, 5,3 rebotes, 1,5 asistencias, 0,9 robos, 47,4% en TC y un
33,5% en T3.
Toda la NBA en BasketAmericano
-----