Ni los pronósticos
más pesimistas o rigurosos, nos hacían pensar que los Mavericks se iban a ver
en el último puesto de la NBA bien pasado un mes de competición. El problema es
que pese a solo ser un mes y poder llevarnos al tópico de “todavía queda mucha
liga” el conjunto de Rick Carlisle no parece tener ni armas, ni tiempo para
lograr alcanzar su objetivo real, que serían los Playoffs, algo que venía
siendo rutina en el equipo texano.
EL PROBLEMA DE LAS LESIONES
Siempre puede
sonar a excusa aferrarse a las lesiones de jugadores importantes en una
plantilla para defender los malos resultados deportivos, pero esta vez con los
Mavericks parece que se han cebado a fondo.
Primero de todos
Devin Harris, quizá el menos importante de los que hayan pasado por la
enfermería a priori, pero sin duda un jugador que podría ayudar a mejorar ese
31,5% en triples o las 18,1 asistencias por partido que reparten los de Dallas.
Harris todavía no
ha podido debutar, aunque es posible que lo haga pronto y con bastantes
minutos, lo entenderéis por los siguientes nombres de la lista…
Deron Williams
también cayó lesionado en los primeros partidos de la temporada, tras empezar
notablemente en cuanto a acierto y fluidez del balón. Tras haberse perdido 8
partidos en este inicio, con alguna recaída de sus problemas en el gemelo
izquierdo de por medio, parece haber vuelto a la regularidad, aunque lejos de
un estado óptimo todavía.
Por si faltaba
algún base en la lista, el siguiente fue J.J. Barea, y probablemente esta haya
sido la baja más sensible para los Mavs, y eso que el siguiente nombre en la
lista os sonará bastante. El boricua estaba practicando hasta la lesión el
mejor baloncesto de su vida, y firmando sus mejores números claro. Obviamente
este extenso parte de lesiones le ayudaba para lograrlo, pero sus 16,3 puntos y
5,4 asistencias por partido eran la nota más positiva, junto a Harrison Barnes,
en lo que iba de temporada. El único jugador, junto al ex alero de los
Warriors, que era capaz de crearse sus propios tiros, tirar de pundonor y ser
un elemento diferencial para una plantilla necesitada de todo.
En principio se
podía temer lo peor cuando se vio caer a Barea, saltaron las alarmas de una
posible rotura del tendón de Aquiles que podría haber hecho peligrar su
carrera. Pero finalmente fue un desgarro en su gemelo izquierdo, con una
previsión de mes y medio fuera de las canchas, de las cuales ya quedará cerca
de un mes.
Acertasteis, el
siguiente era Dirk Nowitzki, y cuando se lesiona el alemán, a todos nos duele.
Porque a sus 38 años ya nada puede tomarse a la ligera, y menos unas molestias
en el Aquiles que siempre da escalofríos escuchar. Esas molestias le han hecho
perderse un total de 11 partidos ya, y aunque ha vuelto a las pistas, al igual
que Deron, todavía está lejos de recuperarse al 100%, y si el equipo sigue a la
deriva, quizá no valga la pena poner el físico en juego cada noche a estas
alturas de su trayectoria…
Por último otro
que ha ido arrastrando algunos problemas ha sido Andrew Bogut, aunque dentro de
los veteranos haya sido el que más sano se ha mantenido, para sorpresa de
muchos. Su rendimiento parece lejos del esperado todavía. Muchos problemas de
faltas rápidas, un sistema muy diferente al de Warriors, poca costumbre a las
derrotas, enfados continuos… aunque siempre es importante en pista a falta de
interiores de garantías.
MOVER FICHA AHORA O ESPERAR AL VERANO
Las primeras
semanas de competición son flojas en cuanto a rumores de traspaso se refiere,
pero en un equipo que está tan abajo siempre aparecen algunas noticias con
nombres de piezas importantes implicadas.
En caso de los
Mavs esos nombres son los de Deron Williams y Andrew Bogut, dos “expirings”
cobrando 9 y 11 millones respectivamente y que podrían ser bastante útiles en
franquicias con miras mucho más altas que las de Dallas.
Si la situación
sigue así, parece evidente que al menos uno de ellos saldrá, y digo uno porque
el caso de D-Will es más complicado de cuadrar, ya que puede vetar cualquier
traspaso y perdería sus “bird rights” si es traspasado, así que si algún
contender le llama, sería convenciéndole que hiciese un “boyout” y firmar por
el mínimo.
Mientras que
Bogut si sería una opción más factible para equipos como Cleveland, Utah,
Milwaukee o incluso San Antonio. Los Mavs no exigirían más que alguna primera
ronda o algún jugador de rotación, dando por sentado que será difícil que el
pívot australiano quiera renovar con un equipo en plena reconstrucción.
Wesley Matthews
podría, o debería ser el tercer nombre aquí, pero el problema es que en su día
fue la clara apuesta de futuro de la franquicia texana, y año y medio después
de superar su terrible lesión, todavía no ha dado el rendimiento esperado. Con
un contrato de 17 millones por año y un 33% en triples, que a priori es su
especialidad ofensiva, no parece suficientemente atractivo para ningún equipo,
además aquí Cuban si sería algo más exigente en cuanto a un intercambio.
Llegados a este
punto, no es descartable que los Mavs traspasen a lo largo de la temporada a
otros jugadores que no sean estos, pero parece poco probable que la base joven
del equipo (Curry, Justin Anderson y Powell) pueda moverse, y Dirk o Barea
deben ser intocables.
La esperanza aquí
no es otra que mirar al Draft de 2017, que parece venir cargado de talento en
el puesto de base y pívot, sin duda las posiciones más buscadas para los Mavs.
Y para sorpresa de muchos, todavía conservan la primera ronda para la
ceremonia, sorpresa porqué Cuban nunca ha sido acérrimo a depositar las
esperanzas de su equipo en un rookie, y los traspasos de sus rondas siempre han
sido una constante estos años, pero parece que esta vez no va a tener otra
elección.
Incluso poder
acumular 2 primeras rondas podría ser un objetivo prioritario para el equipo
una vez visto que no puedan llegar a luchar por nada en la parcela deportiva,
así que uno, o dos aciertos en la lotería del Draft, más el avistamiento de
estrella que se le ve a Harrison Barnes, unido a los tres jóvenes antes
mencionados, pueden llevar la reconstrucción a vías más rápidas que las de
otros equipos sumergidos varios años en el pozo de la liga.
DATOS DEMOLEDORES PARA ENTENDER LA DEBACLE
Las lesiones han
sido y son un factor negativo en estas primeras semanas trágicas para los
Mavericks, pero no todo se reduce a eso. Un balance de 3-13 (a cierre de articulo) y 8 derrotas seguidas,
cortadas por la victoria ante Pelicans el domingo, no puede entenderse solo por
la baja de algunos jugadores, debe haber mucho más, y realmente no hay mucho
más, sino muchísimo más.
En este punto del
texto, quizá te estés aburriendo más que viendo un partido entero de los de
Carlisle, pero ahora vienen números, así que podéis coger el café.
Los Mavs son el
peor equipo de la liga en varios apartados estadísticos, empezando por los
apartados ofensivos. 91,5 puntos por partido; 31,5% de acierto en triples; 41%
de acierto en tiros de campo y 18,1 asistencias por partido (penúltimos). En
defensa los datos son algo contradictorios, pues encajan 104 puntos por noche,
lo que les permite estar en el top 20 de la liga, pero un dato que era mejor
antes de los partidos seguidos ante maquinas ofensivas como los Cavaliers o los
Clippers.
4 tapones por
partido (27º); 40,8 rebotes por partido (30º), por el otro lado son el equipo
que menos puntos en la pintura concede (34,8) y el 4º que menos permite en
segundas oportunidades (11,7) algo extraño si sabemos que son el antepenúltimo
peor equipo cerrando su propio rebote (31,6).
Ser el peor
ataque es algo en lo que ha afectado en sobremanera las bajas de D-Will y
Nowitzki, siendo Barea y Barnes los únicos que han sido capaces de mantener una
dinámica ofensiva regular superando los 15 puntos de media. Ante ese problema,
Carlisle sabe que debe imprimir un ritmo lento a sus posesiones y ya desde el
final de temporada pasada vimos como el ritmo de los Mavs era de los más lentos
de la liga, llegando en demasiadas ocasiones a finalizar los ataques con tiros
sobre la bocina o bien pasados los 20 segundos de posesión, lo que a la larga
hace que se tomen tiros forzados. Solo los Jazz tienen menos posesiones por 48
minutos que los Mavs (94,9), lo que les lleva a ser el tercer peor equipo en
Offensive Rating de la liga con 96.
UNA FRANQUICIA MODÉLICA
Desgranados todos
estos datos, ya nos puede parecer más normal ese 3-13 de los Mavericks, que
puede ser peor hasta un febrero que no les da mucho alivio en el calendario. Lo
que debe quedar claro es que los Mavs no van a tankear, no es ese tipo de
franquicia que vaya a perder partidos aposta para asegurarse un buen puesto en
el Draft. Si se pierden partidos será porqué el equipo no da más de sí o el
rival ha sido mucho mejor, pero nunca un equipo donde estén Mark Cuban, Rick
Carlisle y sobretodo, Dirk Nowitzki, va a salir a la pista a perder.
Desde la temporada
2000-2001 tan solo en una ocasión no lograron conseguir la clasificación para
los Playoffs y fue con un balance de 41-41. En 16 años nunca han terminado con
un balance negativo, y en los últimos 10 años han logrado llegar a dos Finales
de la NBA, ganando una, pese a la tiranía de LeBron James, Spurs o Warriors, así
que son el claro ejemplo de la regularidad en este siglo XXI, San Antonio aparte.
Pese a que verano
tras verano los grandes agentes libres se han escapado de los brazos del
excéntrico Cuban, los Mavs siempre han tirado adelante con los remedios que
iban encontrando en el camino. Siempre han podido sacar las castañas del fuego
de una manera u otra, y aunque este año no lo puedan conseguir, no se debe
olvidar lo que lograron no hace tantos años.
El viaje perfecto
para Dallas sería llegar al País de Nunca Jamás y que sus jugadores tuviesen
ese “síndrome de Peter Pan” para que no creciesen nunca, pero los mejores
tiempos de los veteranos ya pasaron, y ese viaje soñado no lleva a una isla
donde los niños no crecen, sino que lleva al último puesto de la liga. Un lugar
donde los Mavs no querrán volver nunca jamás.
(todos los datos
son actualizados del día 28/11/2016)
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